Y si nos educaron para la libertad... ¿Por qué nos hablan de ella? Y si tenemos que permanecer atados a un trabajo, un matrimonio y una forma de vida... ¿Por qué se muestra ante nosotros el horizonte, y las gaviotas? Si debo permanecer bajo el paraguas... ¿Por qué cae la lluvia? ¿Por qué permaneces junto a mí si nuestros labios perdieron hace mucho tiempo el sabor de la pasión y nuestro corazón se marchita al permanecer en esta jaula? ¿Por qué juzgas mis actos y no dejas que otro juzguen los tuyos? ¿Por qué llenos mis bolsillos de sueños si sé que tengo cadenas que me atan a la vida que me eligió pero que yo no tuve la oportunidad de elegir libremente? Vivimos la vida condicionados a las reglas establecidas con pocas posibilidades de poder romperlas. Las obligaciones, sentimientos de culpabilidad y los miedos son nuestros guardianes en un tiempo que se nos va... simplemente aprendiendo.
Sol Sánchez
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